fbpx

Bandera de Cochabamba, el color de la libertad

La bandera es el emblema más importante de una ciudad y de un país, llevando en sus colores mucho significado, porque representa toda la hidalguía de un pueblo y es usada en todos los actos cívicos, embanderando todas las calles y casas como una forma de expresar pertenencia y patriotismo. Sin embargo, la fecha y las condiciones en que fue creada la bandera de Cochabamba no se conoce con exactitud, teniendo algunos datos de que el uso de una bandera de color celeste fue usada desde los tiempos de la Guerra de la Independencia; no obstante, estas son conjeturas  o relatos que van de boca en boca respecto al origen de este símbolo departamental.

Cuando la Guerra de la Independencia se inició en el Alto Perú en 1809, la región organizada como la Audiencia de Charcas, pertenecía al Virreinato del Río de la Plata. Sin embargo, cuando en mayo de 1810 Buenos Aires rompió sus relaciones con el imperio español, los oficiales realistas fieles en el Alto Perú, que habían reprimido victoriosamente las revueltas en Chuquisaca y La Paz en 1809, entregaron la Audiencia de Charcas al Virreinato de Lima. Las autoridades de Buenos Aires nunca reconocieron este cambio, y desde su punto de vista, las provincias altas todavía se constituían en parte integrante de su jurisdicción.

En la Plata, la Junta de Buenos Aires, pasaba momentos difíciles, por cuanto su responsabilidad era la de sustentar la independencia del Alto Perú, de ahí se desprende la importancia que tenía Cochabamba para ellos, por su “intención de ocupar las provincias altas, y por ser la Intendencia de Cochabamba situada en el centro económico y geográfico de la Audiencia de Charcas”.

Cochabamba, el “Granero del Alto Perú”, tenía buena producción agrícola, muy importante para sustentar a un ejército, siendo éste otro factor preponderante para buscar adherir afectos hacia la causa patriótica.

Con los movimientos insurreccionales Cochabamba se organizó en una Junta Revolucionaria con centro de mando en Buenos Aires, estrechando de esta manera la alianza entre cochabambinos y porteños; una buena relación que se ve reflejada en el siguiente ejemplo, que es una contestación desde Buenos Aires a las noticias dadas por el Padre Oquendo sobre lo ocurrido el 14 de Septiembre de 1810 en Cochabamba:

“El memorable día 14 de setiembre, en que la fuerte y valerosa ciudad de Cochabamba hermanó sus ideas con las de esta capital, hará desaparecer de sobre el suelo americano la tiranía y despotismo, que por tanto tiempo lo han mortificado, y que brille la libertad patriótica, a que aspira la nación. Nada hay que recelar de los antiguos mandatarios; deben conocer, a pesar suyo, que reunida esa valerosa ciudad con Buenos Ayres, ha caído por tierra sus infames proyectos, y tocó su último término el monstruo de la tiranía. Buenos Ayres y sus habitantes viven tan penetrados de esta verdad, que ya no les asiste el menor recelo, de arribar al santo fin, que se han propuesto; y por ello es que han celebrado la noticia con salva de artillería, repique de campanas, iluminación general con músicas la noche de ayer en las galerías de la casa capitular, y calles de la ciudad, que siguen en la de hoy y mañana”. Extracto de la Gaceta de Buenos Aires, del jueves 3 de enero de 1811.

Por tanto, con el propósito de libertar las provincias altas, vinieron los rebeldes desde la región de La Plata; estos contingentes enviados desde Argentina fueron conocidos como los ejércitos auxiliares.

El primer ejército auxiliar en penetrar a las provincias altas estaba bajo el comando de Juan José Castelli, quien junto a Antonio González Balcarce y Francisco del Rivero, enfrentaron a Goyeneche en la batalla de Huaqui, el 20 de junio de 1811, siendo inevitablemente derrotadas las tropas patriotas, quienes presas del pánico se dispersaron y huyeron a diferentes regiones, llegando una parte a Cochabamba, cuyos habitantes meses antes habían vivido un histórico levantamiento.

A partir de esta derrota el temor de una invasión a Cochabamba se hizo latente, lo que fue materializándose con la disposición de invasión por parte de Goyeneche el 2 de agosto de 1811; ante esto en Cochabamba se planteó la estrategia de defensa, solicitando además que las tropas auxiliares, reorganizadas en el valle, puedan actuar por la retaguardia.

El 13 de agosto de 1811, los jefes de la resistencia patriota, comandada por Francisco del Rivero de las huestes cochabambinas y Eustaquio Días Vélez del ejército auxiliar, se posesionaron en el río Amiraya, con ocho a nueve mil hombres, llevando consigo a la Virgen de la Merced, patrona de sus armas. El enfrentamiento era inaplazable; los realistas atacaron vigorosamente y en menos de tres cuartos de hora las tropas patriotas fueron flanqueadas y desalojadas de sus posiciones; el ejército rebelde había sido derrotado, siendo perseguidos y asesinados sin piedad por la caballería española en la desordenada retirada hacia Cochabamba.

Según relatos, el ejército auxiliar en su expedición por las tierras altas, portaba una bandera de color celeste con blanco, lo que se articula bien con lo descrito por historiadores argentinos acerca de su bandera, que desde 1812 comienza a utilizarse un pabellón con dos franjas celestes con una franja blanca al medio, cuya creación fue atribuida a Manuel Belgrano.

Esta afinidad con las provincias del Río de la Plata desde el respaldo de Cochabamba a la Junta de Buenos Aires, además de la participación del primer ejército auxiliar en la batalla de Amiraya, puede ser el origen de nuestra bandera, pues se cree que los patriotas cochabambinos adoptaron el color celeste con blanco primero y luego el celeste en pleno. Por lo cual, según información proporcionada por el Gobierno Departamental, los revolucionarios del 14 de Septiembre de 1810 portaron una bandera de color celeste claro, como símbolo de la libertad. Además, se cuenta que Esteban Arze durante las batallas por la Independencia, entre las que destaca la batalla de Aroma, usó la bandera celeste como consigna contra la tiranía del yugo español; sin embargo, algunas versiones narran que el pabellón de las tropas del General Arze era colorada con un sol amarillo al centro. Asimismo, el manto de la Virgen de la Merced, la Patriota, era de color celeste, por lo que las valerosas mujeres cochabambinas enarbolaron la bandera celeste en la batalla de la Coronilla.

Ya en la época republicana, la bandera celeste se siguió usando por tradición oral, puesto que si no se tiene una documentación exacta acerca de esto se debe recurrir a la costumbre, es decir a lo consuetudinario, para que los cochabambinos podamos construir y aceptar esta bandera como nuestra.

En este entendido, antes de 1882, el 14 de Septiembre no era celebrado, es así que desde ese año hasta fines del siglo XIX, el Concejo Municipal emitió regularmente entusiastas programas de conmemoración para recordar la Gesta Libertaria: “En un ambiente de calles y casas adornadas por el ‘pabellón nacional’ ocurría la ‘procesión cívica’ con la participación de distintos sectores de la sociedad, luego de la tradicional “misa de gracias”. Pasando por la plaza principal donde se adornaba con los emblemas nacionales y regionales la afamada columna del ’14 de Septiembre’”. Cita que narra el uso de emblemas de Cochabamba, por lo que podemos suponer la existencia de la bandera de color celeste.

Ya en la década de los 50, la Alcaldía y la Prefectura comienzan a usar la bandera celeste claro, con un escudo en medio, que fue diseñado por Adela Zamudio, el cual finalmente fue cambiado en los siguientes detalles: El esbozo del Tunari, fue reemplazado por una balanza; se quitaron los pabellones patrios, el cañón y los fusiles; además, se cambió el número y disposición de las estrellas, quedando el escudo tal como lo conocemos  actualmente.

Los investigadores, constantemente han tenido que relacionar un emblema simbólico con el significado de sus colores; en este sentido, el color celeste de nuestra bandera está muy relacionado a la idiosincrasia cochabambina, a sus ideas de libertad y democracia, puesto que este color representa: paz, tranquilidad, equilibrio, justicia y libertad; teniendo por consiguiente muchos elementos que valorizan el ser cochabambino, simbolizando su identidad completamente.

Sin embargo,  nuestro hermoso pabellón celeste aún no está institucionalizado, a pesar de tener muchos años como símbolo departamental y estar arraigado en la memoria colectiva de los cochabambinos.

BIBLIOGRAFÍA
“AHORA Historias y Leyendas de Cochabamba”. 2019
ARNADE, Charles W. “La Dramática Insurgencia de Bolivia”. Librería Juventud, La Paz.1979
QUISPE ESCOBAR, Alber. “Ciudad en Fiesta”. 2016
REFERENCIAS
Gobierno Autónomo Departamental de Cochabamba
Prof. Rosa Elena Novillo